Menopausia y micronutrientes
La deficiencia de vitamina D y el exceso de vitamina A como posible factor de riesgo de osteoporosis y fractura
Sobre que ya teníamos suficientes preocupaciones aquellas que merodeamos los finales de los 40 y transitamos los principios de los 50, con las secuelas provocadas por la huída de Andrés (¡el que venía cada mes!). Ocupadas en sofocar los sofocos, en ducharnos más de la cuenta para contrarrestar la sudoración excesiva, en recurrir a la melatonina para luchar contra el insomnio y en tener el stock adecuado de pañuelos para contener tanta sensibilidad desbocada; pasamos por alto o quizás ni nos enteramos, de esas consecuencias que merecen nuestra atención.
Resulta que se reclutaron 232 mujeres españolas posmenopáusicas sanas de un programa de cribado poblacional de cáncer de mama para hacer un estudio en el que se buscaba analizar la relación entre la deficiencia de vitamina D y el exceso de vitamina A como posible factor de riesgo de osteoporosis y fractura.
Vamos por partes, dijo Jack el destripador, ¿tienen claro que es la osteoporosis? La osteoporosis es la pérdida de densidad ósea, hace que los huesos se vuelvan muy frágiles y una caída o incluso una leve tensión pueden causar una fractura. Ocurren con mayor frecuencia en la cadera, la muñeca o la columna vertebral. De hecho, a partir de cierta edad, nos resulta muy normal (mal que nos pese) escuchar: “Fulanita tropezó, cayó y rompió la cadera”. Pues este estudio podría dar una respuesta al por qué se incrementa el riesgo de fracturas en las mujeres posmenopáusicas.
“124 pacientes fueron considerados no osteoporóticos y 101 (44,9%) osteoporóticos. La prevalencia de niveles séricos elevados de retinol fue del 36,4% y la deficiencia de vitamina D fue del 70,1%. El 60,4% de las mujeres con deficiencia de vitamina D tienen niveles séricos elevados de retinol”.1
Traducido, esto viene a decir lo que dije antes. Añadiendo un toque de atención, hablamos de exceso de vitamina A. A priori podríamos pensar que nunca sería malo sino todo lo contrario. Ya ven que no, mi gente linda. Todo en su justa medida y sin graduarnos de médicos los que no lo somos.
Dirán ¿y para qué me sirve saberlo? Les diré ¡para hacer algo al respecto!